Como terapeuta en sexualidad con consciente, he trabajado con personas que buscan mejorar sus relaciones, tanto con ellos mismos como con los demás. La Rueda del Consentimiento, desarrollada por la Dra. Betty Martin, es una herramienta extraordinaria que nos permite comprender nuestras dinámicas en las relaciones, ya sean familiares, de pareja o incluso en el ámbito social.
El consentimiento no es solo una palabra o un acuerdo superficial, sino una práctica profunda que requiere conexión con nuestros deseos, límites y emociones. En este artículo, profundizaremos en cada área de la Rueda del Consentimiento, explorando cómo se relacionan entre sí y cómo pueden transformar nuestra vida cotidiana. También usaremos ejemplos reales y prácticos para que puedas aplicarlos en tu día a día.
La Rueda del Consentimiento combina dos elementos clave:
- Quién realiza la acción (tú o los demás).
- Quién se beneficia de esa acción (tú o los demás).
De esta combinación surgen cuatro cuadrantes: Servir, Tomar, Aceptar y Permitir. Cada uno tiene una versión positiva y luminosa (cuando hay consentimiento) y un lado de sombra (cuando falta el consentimiento o se ignoran los límites). Vamos a explorarlos.
1. SERVIR: Tú haces algo para el beneficio de los demás
En la luz: Servir es un acto de generosidad consciente. Esto ocurre cuando eliges hacer algo para otra persona porque te lo ha pedido o porque quieres hacerlo desde el corazón. El consentimiento aquí significa que estás dispuesto/a y no lo haces por obligación.
Ejemplo cotidiano:
- Preparas un café para tu pareja porque sabes que le ayudará a empezar el día con energía, y lo haces con gusto.
Ejemplo en pareja: - Aceptas practicar un acto íntimo que sabes que le agrada a tu pareja, siempre y cuando tú te sientas cómodo/a y tengas límites claros.
En la sombra: Servir se convierte en una carga cuando lo haces por obligación, miedo al rechazo o necesidad de aprobación. En este caso, el acto puede generar resentimiento y desgaste emocional.
Ejemplo:
- Decir “sí” a cuidar de un familiar constantemente, aunque estés agotado/a y realmente necesites descansar.
2. TOMAR: Tú haces algo para tu propio beneficio
En la luz: Este cuadrante se trata de reconocer tus necesidades y tomarlas con respeto y consentimiento. Es un acto de autocuidado y autovaloración. Tomar no significa quitar algo a alguien sin permiso, sino pedirlo o hacerlo cuando el otro está de acuerdo.
Ejemplo cotidiano:
- Pides un masaje a un amigo porque te duele la espalda, y sabes que él está dispuesto a hacerlo.
Ejemplo en pareja: - Expresas a tu pareja que deseas un tiempo para satisfacer tus propias necesidades emocionales o físicas, y lo haces desde el respeto mutuo.
En la sombra: Tomar se convierte en abuso o imposición cuando ignoras el consentimiento de los demás. Puede transformarse en manipulación, egoísmo o incluso agresión.
Ejemplo:
- Forzar una caricia o una conversación íntima con alguien que no está cómodo/a o interesado/a en ese momento.
3. ACEPTAR: Los demás hacen algo para tu beneficio
En la luz: Este cuadrante trata de abrirte a recibir lo que los demás te ofrecen, con gratitud y disposición. Recibir también requiere valentía, ya que muchas personas encuentran difícil aceptar ayuda, amor o placer sin sentirse culpables.
Ejemplo cotidiano:
- Un amigo insiste en invitarte a almorzar. Aunque tu primer instinto es decir que no, decides aceptar su gesto y disfrutarlo.
Ejemplo en pareja: - Tu pareja te ofrece un gesto romántico o íntimo, como una cena especial o un regalo, y lo aceptas plenamente, sin cuestionar sus intenciones.
En la sombra: Este cuadrante cae en la sombra cuando te sientes con derecho a recibir, como si el otro tuviera la obligación de complacerte. También ocurre cuando aceptas algo que no deseas por miedo a incomodar al otro.
Ejemplo:
- Aceptar un regalo costoso de alguien solo para evitar herir sus sentimientos, aunque no te sientas cómodo/a con ello.
4. PERMITIR: Los demás hacen algo para su propio beneficio
En la luz: Permitir implica ceder espacio a otra persona para que haga algo que le beneficia, siempre que esté dentro de tus límites y no te cause daño. Este acto puede ser un regalo valioso para el otro, pero solo si lo haces desde el consentimiento genuino.
Ejemplo cotidiano:
- Permitir que un amigo se desahogue contigo sobre sus problemas, porque sabes que necesita hablar y estás disponible emocionalmente.
Ejemplo en pareja: - Tu pareja te pide explorar un aspecto de su sexualidad o emociones, y tú aceptas apoyarle sin sentirte forzado/a.
En la sombra: Este cuadrante se convierte en tóxico cuando toleras algo que no quieres porque tienes miedo al conflicto, te sientes incapaz de decir “no” o crees que no tienes derecho a tus propios límites.
Ejemplo:
- Dejar que alguien invada tu espacio personal porque no quieres parecer “grosero/a” o “egoísta”.
Cómo se relacionan entre sí los cuadrantes
Los cuadrantes no son independientes; están profundamente conectados. Por ejemplo:
- Tomar y permitir suelen ocurrir juntos. Cuando alguien toma algo para sí mismo/a, necesita el consentimiento del otro para que ese acto entre en el cuadrante de permitir.
- Servir y aceptar también están relacionados. Si decides servir a alguien, la otra persona debe estar dispuesta a aceptar tu gesto.
Es crucial que exista un equilibrio entre estos cuadrantes para evitar relaciones desequilibradas. Por ejemplo, si siempre estás en el cuadrante de servir, puedes terminar agotado/a, mientras que si solo tomas y aceptas, puedes convertirte en alguien dependiente de los demás.
Practicando el consentimiento en la vida cotidiana
- Haz una pausa y pregúntate: ¿Esto lo hago por mí o por el otro? ¿Estoy cómodo/a?
- Establece límites claros: Decir “no” no es un rechazo; es un acto de respeto hacia ti mismo/a y hacia el otro.
- Comunica tus necesidades: Aprende a pedir lo que deseas y a recibir con gratitud.
- Practica en relaciones pequeñas: Empieza con amigos o familiares antes de trasladar estos principios a tu relación de pareja.
Ejercicio práctico
Tómate un momento para reflexionar sobre las últimas interacciones con tu pareja o un amigo/a. Pregúntate:
- ¿Qué cuadrante predominó?
- ¿Hubo consentimiento mutuo?
- ¿Cómo te sentiste?
Conclusión: Una herramienta para el crecimiento personal y relacional
La Rueda del Consentimiento no solo es una guía para nuestras relaciones, sino también un espejo que nos ayuda a ver cómo nos tratamos a nosotros mismos y a los demás. Practicar el consentimiento consciente transforma nuestras conexiones en experiencias más auténticas, saludables y enriquecedoras.
Al final del día, el consentimiento es el puente entre el respeto propio y el respeto hacia los demás. Usarlo en tu vida cotidiana puede mejorar significativamente la forma en que te relacionas contigo mismo/a y con quienes te rodean.
Fuentes:
- Experiencia principalmente personal, académica y profesional como terapeuta en sexualidad consciente
- Martin, B. (n.d.). The Wheel of Consent. Recuperado de www.bettymartin.orMartin, B. (n.d.)
Rafi T.C T. Neuro-fisilógica-emocional.